La aplicación de los recientemente famosos ERTE en el fútbol trae de cabeza a todos los clubes de España.

Desgraciadamente para muchos de los clubes de fútbol base es imposible dar de alta en la seguridad social a sus entrenadores por motivos económicos.

¿Qué ocurre con ellos? ¿tienen algún derecho en esta situación?, lamentablemente hemos de decir que no. Al no estar dados de alta “no existen” para la administración y por lo tanto sus clubes no pueden presentar ERES ni ERTES, simplemente les dejan de pagar.

Social y deportivamente admitido, se sustenta un sistema en el que los entrenadores en sus contratos federativos les aparece tanto el empleador, club; empleado; horario de trabajo y en el apartado remuneración, CERO.

Hemos que decir que a muchos de ellos los doscientos o  trescientos euros, en el mejor de los casos que se le abonan mensualmente, suponen una ayuda notable a las economías de sus familias, porque no podemos olvidar que el fútbol es un deporte de gente humilde.

¿Cual sería la solución? ni fácil, ni factible aunque si posible, puesto que como referencia la STS 2432/2009: ”El art. 2.1.d) ET considera relación laboral de carácter especial la de «los deportistas profesionales» y el ámbito de la misma se precisa en el art. 1.2 del RD 1006/1985 [26 /Junio], para el que son deportistas profesionales «quienes, en virtud de una relación establecida con carácter regular, se dediquen voluntariamente a la práctica del deporte por cuenta ajena y dentro del ámbito de organización y dirección de un club o entidad deportiva a cambio de una retribución”.

Especifica la citada sentencia que el caracter aficionado o profesional del club no altera la condición de deportista profesional sujeto al RD1006/85. Que en el contrato aparezca “Entrenador no profesional” tampoco exime de esta consideración y que la retribución no está sujeta a mínimos, por lo que un entrenador o jugador que cobre 300 Euros de una forma constante -aunque aparezca como compensación de gastos- , debe ser considerado deportista profesional y por lo tanto dado de alta bajo esta condición en la Seguridad Social.

En el caso de esta crisis podría propiciar que los entrenadores que más lo necesiten reclamen sus sueldos. Para ello podrían solicitar el reconocimiento de relación laboral y una vez reconocida establecerse sus indemnizaciones y las consecuentes sanciones.

Algo impensable puesto que supondría una revolución de inspecciones y, como catalogaron algunos presidentes hace algunos años, el fin del futbol base. Aunque en realidad, al regularizarse la situación, los derechos de los entrenadores y jugadores se verían salvaguardados.

La solución más plausible es el Voluntariado Deportivo, incorporado en legislaciones  como la Ley del Deporte de Andalucía. El entrenador podría acogerse a esta figura, por lo tanto el club como el entrenador, deben cumplir los requisitos que exige la Ley del Voluntariado. No es difícil gestionarlo y en el caso de situaciones como las que vivimos, no hay labor, no hay voluntariado por lo que se extingue la relación, sin nada más que reclamar por ambas partes.

Es la mejor solución ante situaciones como la que estamos viviendo,los que puedan con contrato y lo que no, con convenios de voluntariado, para que todos los entrenadores  y clubes tengan sus derechos asegurados.

Os deseamos SALUD y que este parón nos sirva para dar seguridad a todos.

Un cordial saludo.

Jesús Corrales

Dir. DeporLegal.