Ahora que llega el tiempo más agradable del año y la meteorología se vuelve más benevolente, la moda nos trae una prenda que al oírla nos es algo contradictoria, el abrigo de verano. No es una paradoja, es algo real y que salva la vida en más de una ocasión, sobre todo, en este mes de mayo que es el mes por antonomasia de las comuniones, y en el que aumentan el número de bodas y bautizos.
Con tal cantidad de eventos en estos meses en los que el tiempo no es muy estable, viene a la perfección tener un abrigo de verano, ya que protege del fresquete sin llegar a dar calor, y da un espectacular toque de sofisticación al estilismo que hayamos escogido. No obstante, si no tienes acontecimientos sociales, también te vendrá bien tener uno para abrigarte en las horas más tempranas y en las nocturnas, donde el termómetro se resiente más.
Normalmete, los abrigos de verano están realizados en tweed o en lana muy finita y tienden a ser blancos o nude, aunque el abanico de posibilidades también se abre a otras tonalidades más de la estación como el amarillo. El abrigo de verano, que lo deberás llevar abierto, combina a la perfección con vestidos, shorts o pantalones y, aunque, su uso se limite a contadas ocasiones, merece la pena hacerse con uno.
Allá van las propuestas: