Este verano he descubierto un nuevo aliado para la cabellera. Es un complemento que hace que tengas un aire sofisticado y a la vez retro y , además, te salvará la vida en más de una ocasión si no sabes que hacer con tus pelos. Si no tienes ni idea de qué estoy hablando te resuelvo la incógnita: el turbante. Este accesorio llevaba ya varias temporadas intentando hacer acto de presencia, pero ha sido este verano cuando ha dicho “aquí estoy yo”.
El turbante es un elemento que tiene aires muy del viejo Hollywood y te aviso que es ideal tanto para tardes en las que ir arreglada se antoja como algo primordial, como para lucir glamour en la playa y a la vez proteger el pelo de los rayos solares.
Si no tienes ningún turbante, tampoco hará falta que te compres uno, puesto que si tienes un foulard te servirá para transformarlo en un maravilloso complemento que hará que se gire más de una cabeza al verte pasar.
A la hora de colocarlo, las opciones son muy variadas y por Internet hay muchos vídeos explicativos y tutoriales de usuarias que explican cómo crear diferentes turbantes con la ayuda de un pañuelo. Una gama de opciones que van desde los turbantes en versión diadema, a los que cubren la cabeza entera (de tipo casquete) al más puro estilo jequesa de Qatar.
Y si no te ves con ganas de diseñarlo tú misma, siempre puedes recurrir a las tiendas para hacerte con uno. Algunas marcas que te pueden servir son: Oh Nega, Virbin, Red&Rouge, Asos o River Island.