Montados en el coche al ritmo de ‘Mi hermano y yo’ y Juanito Makandé, y con un buen bocata de jamón serrano fuimos Daniel Maldonado y yo a Sevilla. Allí nos esperaba uno de los jóvenes del momento: Juan Amodeo. Con gran naturalidad nos abrió las puertas de su casa y nos quedamos junto la estufa de la mesa camilla. Demostró ser una persona que gestiona bien el éxito – -601.000 seguidores cuenta ya su Instagram- ya que cercanía y generosidad hicieron de la mañana un momento de risas y buen rollo. El humor lo define, y ahora se embarca en un nuevo proyecto que pronto verá la luz y que tiene que ver con su faceta de actor. No se pone techo, disfruta haciendo reír y pese a considerarse tímido -le da vergüenza llamar hasta a Telepizza- , cuando se planta encima de un escenario acaba partiendo de risa a todo el personal.