Ni es una ‘fashion victim’ ni se muere por fichar el ‘must’ de la temporada. Para Aurora de la Rosa, creativa especializada en campañas de igualdad de género y en proyectos culturales, la moda va más allá de los dictámenes de la pasarela. En su caso la concibe como una forma de expresión personal, «porque en función de lo que te pongas te sientes más segura» e incluso de rebeldía: «En los tiempos que corren deberíamos ponernos todas tocados para protegernos el cerebro de las mentiras que nos están contando», plantea sin ocultar su indignación con la clase política. Con estos argumentos acepta la invitación a abrirnos su armario superado el temor a que la tachen de frívola, «en el congreso van todos de gris como queriendo alardear de materia gris y mira…se puede ir con un vestido de flores y una super pamela y ser mejor…para frívolos ellos», advierte en tono guerrero mientras da pequeños sorbos a una coca cola servida en copa de cóctel. Toda una metáfora de su concepción de la moda, en la que priman la comodidad, la naturalidad y la sencillez pero sin dejar de lado la feminidad y ese toque chic y original que salpica todos sus estilismos.
Con la crisis como telón de fondo, De la Rosa propone para este verano prendas de fondo de armario, adquisiciones ‘low cost’ en rebajas y «volver a recurrir a la costurera». Ella misma predica con el ejemplo con el ‘look’ con el que posa para este reportaje y que centra su apuesta para un ‘outfit’ de diario: camisa verde militar «la tengo desde hace 20 años», falda de la costurera Inés Durán hecha de un retal de tela de Ikea y cinturón de cuero y apliques plata, un viejo regalo de un amigo. «Para el día prefiero los tonos tierra y estampados discretos», indica. De Inés Durán (cuyo nombre comercial es O’Jara en un guiño a la princesa Escarlata que se hizo un vestido de unas cortinas) es también el traje color champgne con brocados burdeos que propone para ir a cenar. Lo ciñe con un mini cinturón y lo acompaña de unos taconazos negros de Gloria Ortiz. «Está hecho de un trozo de tapicería que tenía por casa y el resultado es ideal. Y lo mejor su precio: 40 euros».
Como opción para un evento especial, De la Rosa se queda con el vestido de crepe rojo -«adoro este color por la fuerza que transmite», dice- con abrigo a juego que le hizo y le regaló su amigo Mario Camino de Montesco para ir de madrina en la boda de su hijo. «Quería algo sencillo y elegante y acertó». Remató el estilismo con un espectacular tocado rojo de Laura Olea y tacones topo. Aunque admite que le encantan los taconazos matiza que para diario se queda con zapatos planos, «con los que también se puede ir muy sexy», advierte. ¿Su elección? Unas bailarinas rosa palo con aplique hechos a mano por la malagueña Eva de Madariaga. Y es que a esta creativa le pierden las prendas personalizadas y los tesoros que dice encontrar en negocios locales como Fabric o La Habitación de Kate, «prefiero comprarles a ellos porque estoy hasta la coronilla de las franquicias», alega. ¿Su último hallazgo? Un camisón blanco bordado a mano por unas paradas malagueñas que hacen ajuares personalizados con poemas bordados, “una magnífica idea para regalar”, sugiere. ¿Queréis bucear en su armario? ¡SUR os abre sus puertas! Seguid leyendo!
Para un ‘look’ de diario, Aurora elige este original conjunto compuesto por camisa verde militar (un básico que nunca pasa de moda), falda de vuelo hecha por la costurera malagueña Inés Durán a partir de un trozo de tela de Ikea y cinturón de cuero viejo regalo de un amigo. En la foto de arriba posa en el salón de su coqueto apartamento en Trinidad Grund mostrando sandalias joya de la artesana malagueña Eva de Madariaga, de la que también es la cesta de mimbre.
Para ir a cenar, De la Rosa propone este bonito vestido cosido también por Inés Durán, artífice de la firma O’Jara (ojaravestidos@gmail.com). Nos encanta la filosofía de esta costurera: aprovechar retales de tela que tengamos en casa para confeccionar prendas. Aurora, por ejempo, recicló un trozo de tapicería color champage con brocados rojos cuyo resultado es este traje super femenino de aires barrocos, ideal para marcar figura e ir sofisticada. Lo combina con sandalias negras de taconazo de Gloria Ortiz.
Para un evento especial, la creativa nos selecciona este modelo de su amigo Mario Camino de Montesco en crepe rojo que se puso para ir de madrina a la boda de su hijo. “No quería ir de largo porque no va conmigo así que le pedí algo sencillo y elegante y acertó. Fue su regalo de boda y le estoy inmensamente agradecida”, destaca. Lo combinó con tacones marrones con maxi pedrusco de cristal, clutch de print animal y guantes calados vintage, “eran blancos y el propio Mario me los tiñó del mismo color que los tacones”, señala.
Le pedimos a Aurora que nos mostrara la prenda estrella de su fondo de armario y no lo dudó: “El rey absoluto es este vestido negro de Sinéquanone con cuello chimenea. Tiene más de 15 años y ya está hecho polvo para tirarlo, pero me resisto porque me encanta. No he encontrado otro que me quede igual de bien”, indica.
He aquí uno de los vestidos a los que afirma tenerle más cariño: diseñado por ella msima en blanco, con lazada lencera de encajes negros y frase del Vizconde de Valmont de ‘Las amistades peligrosas’.
Zapatos y cesta de mimbre diseñados por la artesana malagueña Eva de Madariaga. Nos gustan las manoletinas rosa palo con aplicaciones en fucsia y las sandalias con detalle de cristales vintage. Se venden por Facebook y en las boutiques Strava (en Echevarría de El Palo) y Opalo (en calle Cister). La cesta con flores naranjas, lazo de rafia y encajes es ideal para el verano. “Me gusta porque esn muy versátil”, destaca Aurora.
Limosnera negra con piedras blancas de La Habitación de Kate. “Es propia para los tiempos actuales en los que ya mismo estamos todos pidiendo limosna”, dice en tono crítico. “Me gusta este modelo en concreto por el punto retro y por su precio: solo me costó 10 euros”, añade. La habitación de Kate, dice, es una de sus tiendas imprescindibles, “allí encuentro auténticos tesoros”.
Espectacular pamela negra de Fabric Taller. Aunque Aurora advierte de que no es de ponerse complementos (no lleva ni reloj) confiesa que le pierden los tocados. “Me parecen super divertidos y con la que está cayendo es una excelente forma de protegernos el cerebro de las mentiras que nos sueltan a diario”, ironiza al tiempo que nos cuenta que Fabric, en calle Pardo Bazán, es otra de sus tiendas favoritas. “Es una antigua caballeriza, la única que queda en Málaga, y el local tiene un encanto especial. Además tienen sombreros y tocados preciosos”, subraya.
Y por último, su apuesta para estar en casa en verano sin perder glamour: camisón blanco muy ibicenco cosido a mano por unas paradas malagueñas que están detrás de una novedosa idea de negocio: “Hacen cajas personalizadas para ajuares con batas, camisones, zapatillas y hasta jabones y le bordan poemas a las prendas. Es un regalo precioso para alguien que vaya a casarse”. Pueden encargarse en espieldeangel@gmail.com