Chaquetas de lino, pantalones chinos, esmoquins, gemelos, pañuelos coloridos y más de un centenar de corbatas traídas de medio mundo, entre ellas una rosa fucsia de Gucci, «ideal para darle un punto rompedor a un chaqué». El armario de Curro Troya, periodista y articulista de SUR, es un fiel reflejo de su personalidad; un carácter en el que la elegancia es la columna vertebral que sostiene su estilo de vida y su concepción de la moda, que entiende como una seña de identidad y una carta de presentación que, como tal, hay que cuidar al máximo. Él lo hace. Y muestra de ello es el ‘look’ con el que llega a nuestra cita, en el Vincci Posada del Patio. Para un ‘outfit’ de día, Curro elige tonos tierra y tejidos ligeros bajo una premisa para él esencial: la comodidad, «porque ser estiloso no está reñido con ir cómodo», advierte. ¿Su apuesta? Chaqueta de lino beige de Gant con pañuelo celeste de Loewe, camisa blanca Tommy Hilfiger (que lleva por fuera y con los puños asomando por la chaqueta para darle un toque informal), pantalones de rayas de Hermes, «que le dan un punto divertido» y zapatos Boggi traídos de Venecia.
A pesar de su imagen impecable, se resiste a que le pongan la etiqueta de dandi: «No soy tan correcto (no me callo nada), ni tan frívolo», matiza. Lo que no puede negar es su pasión por el mundo de la moda, una afición que le viene desde pequeño: «Mis hermanos y yo jugábamos a arreglarnos y mis padres me decían que era el tonto de la ropa, aunque mi hermano mayor siempre me ha superado», bromea.
A su juicio, la clave está en mezclar estilos, «para no caer en la excesiva formalidad» y en optar por prendas clásicas en tonos neutros combinándolas con complementos más rompedores que marquen la diferencia, como unos gemelos originales, una corbata llamativa o un buen pañuelo, «que tiene la capacidad de transformar un ‘look’».
Como muestra, el pañuelo de colores ácidos de Etro que lleva en el bolsillo del esmoquin negro de Armani Collezioni el cual centra su propuesta para un evento especial. Según cuenta, se lo regaló el mismísimo Giorgio Armani, al que conoció hace seis años cuando trabajaba con Cayetano Rivera. «Es un tipo sencillo, tremendamente exigente y trabajador y sumamente cercano y cariñoso», dice.
Y acaba con una queja: «En Málaga no se puede ir bien vestido porque si llamas la atención generas cierto rechazo y te señalan. Tenemos muchos prejuicios, de ahí que me vista según con quién vaya para no incomodar a nadie», concluye. ¡Os dejo con él en este escenario de lujo en pleno centro de Málaga! Aprovecho desde aquí para dar las gracias a la dirección del Vincci por el trato que recibimos durante el ‘making off’ del reportaje, ¡gracias!
Para el día, Curro se decanta por colores tierra y tejidos ligeros, como estas elegantes chaquetas de Hackett y Massimo Dutti. Las combina con guayabera blanca y camisa amarillo palo de Ernest Hemingway, «una marca creada por sus descendientes que compré en Bucarest y a la que le tengo especial cariño porque es muy difícil de encontrar», destaca. Personalmente me quedo con la guayabera, una prenda que me parece que tiene un rollo muy especial y que combinada, por ejemplo, con unos jeans o con un pantalón atrevida puede lograr un outfit muy interesante. Curro nos cuenta que la ha heredado de su padre, a quien a su vez se la regaló un hermano que vivía en Panamá. “Me gusta porque es una prenda diferente y muy distinguida, pese a que en sus orígenes se utilizara como ropa de trabajo”, relata.
’Look’ para una cena de verano: Chaqueta Hackett, camisa Hermes Govantes, pantalones Lester y pañuelo de Herr. Me gusta la combinación de colores, con la que como siempre critico desde aquí los hombre malagueños se atreven tan tan poco! Super divertido el estampado de la camisa, ¡tiene un punto tropical muy fresco y veraniego! “Fue un chollo, la encontré por 9 euros en Marbella”, desvela Curro.
Aquí tenéis a Curro Troya, con esmoquin y camisa blanca de Armani Collezioni, regalo del mismo diseñador, y pañuelo de colores ácidos de Etro, su apuesta para ir a un evento. Sin duda, el pañuelo es protagonista absoluto de este look. Le da un toque de color que lo hace especial y rompedor. Se lo regaló el decorador de la casa de Cayetano Rivera. Me gusta la propuesta de Curro para restarle formalidad al esmoquín: combinarlo con unos pantalones oscuros, también de Armani, en un tejido vaquero elástico haciendo pequeñas rayas. “Salvo eventos muy muy señalados, como una alfombra roja a la que fui en Londres con Armani, huyo de un total look formal, me gusta combinar estilos”, señala.
A Curro le pierden los pañuelos, «por su capacidad de transformar cualquier estilismo». Arriba destacan los de Etro, Loewe, Herr y Marinella, comprado en Napoles y por el que siente debilidad. Él mismo cuenta cómo lo incorporó a su colección: “Marinella en Napoles es una institución, igual de Louis Vuitton en París, y se forman colas a las puertas de la tienda, hasta el punto de que hay que entrar por turnos. Esta marca surte a la Casa Real española de pañuelos y corbatas”.
Los zapatos son otra de las piezas clave en su armario. Los de la foto son de Sebago, Florsheim y las deportivas, de VonDutch. “Me parece que es una marca holandesa que pegaron mucho hace unos años. Su símbolo es un ojo alado que todo lo ve y me gustan porque tienen cierta gracia para vestir informal con gracias y personalidad”, indica.
Su colección de gemelos es uno de sus tesoros. En primer plano, unos de Madre Perla de Armani, ideales para el esmoquin.
SU RUTA DE SHOPPING
1. L Que L. En Bolsa, 11. «Una boutique recomendable para ropa informal».
2. Elite. Én Banús. «Allí encuentro todo tipo de marcas, hasta japonesas».
3. Massimo Dutti. «Me gustan sus cazadoras de piel. Calidad asequible» .
4. Armani. Su tienda de Puerto Banús es otra de sus imprescindibles.
5. Gucci. «Para llamar la atención con un gemelo o una corbata especial».
Bueno, y aquí estamos Curro y yo en la maravillosa muralla integrada en los bajos del Vincci Posada del Patio. Para la ocasión me puse camisa negra de Zara, falda denim con vuelo de Zara, cuñas de Oysho y complementos flúor (collar de calaveras de No me llames muñeca y bolso de Stella Rittwagen).