Comenzamos la mañana en otro de los escenarios principales dentro de la habitación 738 del Resort Paraíso: el cuarto de baño. Espacio para la intimidad y el aislamiento de los protagonistas… y de cualquier persona. Un espacio difícil de fotografiar en el que hay que evitar sanitarios, lavabos, conseguir que el cableado no cortocircuite a nadie y, en definitiva, dotar de realidad a un espacio por el que pasan más de 20 personas trabajando en pocas horas. Secuencias completadas. Todavía nos quedan más baños, otros baños… Pero eso no pesa cuando consigue rememorar en su cabeza su película favorita y uno de los momentos más inolvidables de la historia del cine.
Realizamos los primeros ajustes de FXs y transformamos la fachada del Sol Timor en un croma que nos dará cabida al rótulo digital de neón del Resort Paraíso. Ya no sólo transformamos el hotel por dentro, sino también por fuera.
Tras unas complicadas secuencias entre escenarios alicatados y las segundas unidades, llegan las primeras escenas de acción y el primer encuentro entre los tres protagonistas en un mismo plano (este me lo reservo para preservar algo la sorpresa).
Lo que no reservo son tres regalos para el día 3 de rodaje: uno, el que Rafa Castillo-Romero ha hecho a las chicas de vestuario, maquillaje y peluquería en forma de dibujo.
Dos, el cumpleaños de Lulú, la maquilladora, con tarta-chuches no apta para diabéticos incluida.
Y tres, la visita tan especial que me han hecho tres ángeles que han disfrutado tanto del rodaje que no querían perderse un detalle, ni irse. Ni del rodaje ni del catering. Así, uno está en el paraíso.
Gracias a todos. Mañana más.
https://www.facebook.com/Resortparaiso/