Comienza el rockandroll. Día séptimo.
Y no es que no hayamos tenido “meneo” las jornadas anteriores, es que con el día de hoy ha llegado el genio de los efectos especiales de maquillaje Daniel Postigo. Y con él, hemoglobina por un tubo. Maquillajes de Lulú Pérez, vestuario de Mammen Hilario, ¡y mucho racord a partir de ahora! ¡Que viene el rock and roll! Como dice el primero de dirección, Salva Sepúlveda.
Hoy hemos probado la piscina como primer exterior de la mañana y hemos comprobado como, a parte del frío, nos tocará lidiar con los figurantes improvisados que se asoman para poder ver el rodaje. Todo controlado, pese a la barrera idiomática.
Acto seguido nos hemos encerrado de nuevo en el hotel para modelar secuencias de suspense tras la barra del bar, pasillos y un ramillete de escenas del tercer acto de la película: acción, suspense y demolición. Todo controlado: el equipo de producción está al quite. Enhorabuena hoy al equipo de cámara, eléctrico y, por supuesto, fotográfico porque hoy han multiplicado los ojos para captar lo explosivo del momento. Y como siempre a sonido por registrar cada sonido, cada respiración.
Hoy ha sido muy emocionante ver a mis dos protagonistas interpretar con el corazón pese al viscoso maquillaje. Pero con lo que me quedo realmente pasmado es con la facilidad que han tenido para enfrentarse a las escenas de peligro en primera persona, dándo su energía. Dándolo todo. Con Rafa tengo a un actor que siempre ha trabajado con la coordinación de su físico en las tablas. Pero es que con Virginia tengo a una chica capaz de hacer las escenas que ni el equipo ni yo nos atrevimos a pedir, una action-hero con un talento tan descomunal que ríete tú de Daniel Craig. Ovación cerrada de todo el equipo a Virginia tras completar sus escenas de acción en la jornada de hoy. Me siento superorgulloso de esta dura jornada. De mis actores y de mi equipo.
Mañana más, desde el paraíso.
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