Si ayer empezamos con el rock and roll, hoy hemos empezado con los primeros guitarreos y solos de batería del heavy metal. El mayor foco del mundo (el Lorenzo de la Costa del Sol), una brisa que cortaba como cuchillos hasta las 12:00 de la tarde y que se ha convertido en calina achicharrante a partir de las horas más altas del día, y una complicada coreografía en plena piscina, han convertido el rodaje en exteriores en un enjambre de técnicos, fx, intérpretes y curiosos.
Hoy hemos recibido de nuevo a Paco Lomeña, de LoaSur, uno de los productores de ‘Resort Paraíso’ y alma del audiovisual malagueño durante más de 20 años (muchísimos profesionales han salido de Loasur, actores y técnicos, entre otros muchos, Aníbal Soto, que comenzó su carrera en televisión con ‘Plaza Alta’). Paco fue fundamental para darle a la producción el empujón definitivo para hacer esta película y convertir el proyecto en realidad. Hacía tiempo que buscábamos la oportunidad de trabajar juntos y por fin lo hemos conseguido.
La primera alegría la encuentro a primera hora de la mañana visitando el camerino de vestuario y peluquería. Encuadrar en una misma foto a Héctor Medina, Virginia DeMorata, Rafa Castillo-Romero y a Aníbal Soto (que empezaba hoy en el Resort), ha sido una de las experiencias más bonitas al poder hacer realidad un reparto con el que soñaba desde los primeros borradores de la historia. Y aquí están.
Colocar focos, cámaras, combos, micrófonos, y demás parafernalias de un rodaje ya son motivos más que suficiente para que los transeuntes curiosos se paren a contemplar durante unos minutos “qué se está cociendo”. Pero si además añadimos una coreografía de acción con movimientos, caídas, pólvora y algo de hemoglobina siropeada, tenemos espectadores fijos para toda la jornada. Gran día para lucir el trabajo de Daniel Postigo. Pero no para aquellos miembros del equipo que han estado cerca de los salpicones. Ay.
Estos días de exteriores siempre son complicados. En mi experiencia, no ha habido ningún rodaje que haya vivido en los que no haya tenido un paragüas a mano. Por ahora (y toco madera), este está siendo la excepción (insisto: toco madera). Pero que el sol nos de luz extra a la secuencia no significa que no sea implacable en su posición con respecto al cambio de hora. “¡Vamos chicos, que nos quedamos sin luz!” se está convirtiendo en una frase fija de los rodajes en localizaciones exteriores o de grandes espacios con sol de fondo. Pero lo mismo que tengo un seguro en el equipo de actores por la calidad que me dan en las secuencias dramáticas y en las de acción, tengo un seguro con la pericia del equipo de foto que plantea y resuelve ante los constantes imprevistos. Así, uno respira más tranquilo. Grande Crespi y grande su equipo.
Mañana, another day in paradise… or night.
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