Es una de las prácticas más extendidas a través de la red: la cesión de datos personales de una empresa a otra. Pero no siempre es legal. Porque cuando un consumidor facilita los datos personales a una tienda virtual, por ejemplo, la ley protege su tratamiento y el comercio debe informarle de la existencia de un fichero para la recogida de los datos y de los destinatarios de la información.
En la página web de Facua encontramos una serie de consejos muy útiles en base a la Ley de Protección de Datos: el consumidor debe conocer el carácter obligatorio de la respuesta a las preguntas que plantea, la posibilidad de ejercer el derecho de rectificación, cancelación y oposición de los datos así como la identidad del responsable de las bases de datos.
También se aplica la normativa existente en materia de publicidad (Ley General de Publicidad), por lo que la que induzca a error a los destinatarios será considerada como engañosa. En caso de detectar una anomalía, se debe denunciar ante la Agencia de Protección de Datos. Sobre todo, se aconseja desconfiar de los cuestionarios que ofrecen regalos.
De paso, las asociaciones de consumidores advierten de que al recibir el producto adquirido, el consumidor debe toda la información sobre el mismo, la dirección del vendedor y su domicilio social, las condiciones de pago y el documento de desistimiento, así como la factura y garantías del artículo adquirido.