Han pasado 70 años desde que la mayor obra de destrucción de vida fuera lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. El Enola Gay dejaba caer sobre Hiroshima la bomba de uranio Little Boy, con una carga destructiva equivalente a 16 kilotones de TNT. Justo 43 segundos después, cuando se encontraba a 600 metros del suelo, estalló en una bola de fuego abrasador de hasta un millón de grados centígrados, arrasando con casi todo lo que estaba a su alrededor.
¿Qué pasaría si hoy una bomba así cayera en cualquier parte del mundo? Sin caer en banalizar el error, podemos hacernos una idea del alcance destructivo de un artefacto de este tipo. Aplicaciones como la de PRI.org permiten lanzar virtualmente una bomba como la de Hiroshima sobre el lugar que elijamos. Por ejemplo, Málaga. Si el lugar en el que estallase la bomba fuera la Calle Larios, en menos de un kilómetro, el 90% de la población moriría quemada por un intenso fuego. La zona cero. Las mismas consecuencias sufriría el 70% de los ciudadanos a kilómetro y medio, en los límites de la ciudad, y todo lo construido sería eliminado totalmente.
En menos de cinco kilómetros, llegando al Bulto, Paseo de Sancha o Miraflores de Los Ángeles, también los edificios serían destruidos por el fuego en expansión. Los efectos inmediatos se extenderían hasta los casi 20 kilómetros, llegando al Jardín Botánico de la Concepción o el Pedregalejo, los edificios estarían a salvo, pero la fuerza de la bomba destruiría las ventanas. La altísima temperatura y la elevada presión que se genera en el interior de la explosión emitirían radiación en todas las direcciones.
Otras, aplicaciones como la de Carloslabs.com te permitirán probar el lanzamiento de una bomba nuclear ‘Little Boy’ sobre cualquier punto del planeta, pero también la famosa bomba H soviética ‘Joe-4’, la moderna bomba nuclear china ‘DF-31’ o incluso simular el impacto del asteroide que provocó la extinción de los dinosaurios.