Desde décadas atrás, Ronda está concediendo especial importancia a los vinos de la tierra, particularmente a los tintos, ya sean de crianza, ya de reserva. Han proliferado los viñedos y se prodigan las bodegas. El turismo de la ciudad sabe que no puede pasar de largo por ella sin paladear sus caldos. Existe un Museo del Vino, que es de lo más visitado, casi tanto como el entorno del Tajo, en cuya profundidad, desde el Puente Nuevo se pierde la mirada,atónita ante el milagro de la piedra, esculpida por el río Guadalevín con paciencia de siglos. La Ciudad Soñada de Rilke es profusa en monumentos naturales y los que se deben a la mano del hombre: recoletas ermitas, conventos vetustos, iglesias de airosas torres de los más variados estilos arquitectónicos, palacios y casas solariegas… A la vez es asombrosa por la excelencia de sus vinos.
Las visitas a todos y cada uno de los monumentos puede llegar a fatigar y qué mejor que hacer un alto en el camino y solazarce con una copa de vino rondeño, salido de bodegas que hoy por hoy rivalizan con las más acreditadas de España. Para muestra, un botón: el vino tinto ecológico `Los Frutales-Garnacha´ de la bodega Joaquín Fernández obtuvo, meses atrás un preciado galardón: El Oro del Premio Internacional al Vino 2012 que se concede cada año en Viena y que es objeto de deseo de los mejores bodegueros de Europa. Pero en el palmarés se reflejan más distinciones nacionales e internacionales, y a este pugilato por la calidad no le van muy a la zaga el resto de bodegas rondeñas.
La administración municipal conscienten de la importancia del turismo enológico no podía estar ajena a este éxito de nuestros vinos e impulsa su reputación allí donde sea menester. A este propósito responde el Centro Integral del Vino, que será una realidad para propios y extraños desde aquí a pocas fechas. Aulas de formación y salas de cata servirán para adentrar a curiosos y entendidos en el mundillo de este elixir de los dioses poniendo en juego no solo el sentido del paladar sino los del olfato y la vista, para lo que se quiere un local idóneo para este rito ancestral, que es el que ahora se nos va a deparar.
Y a los que no tienen por hábito la libación de vinos, habría que advertirles que dos vasitos de tinto al día protegen la salud cardiovascular, según un estudio publicado recientemente por investigadores de la Ciudad Condal. Los polifenoles que contiene, y es una afirmación del American Journal Clinical of Nutrition , hacen el milagro. Así que venga a Ronda y alce su copa al cielo con uno de los mejores tintos del país. Salud.
Foto: Museo del Vino de Ronda(barricas.es)