Tres días después de losdisturbios vividos entre musulmanes uigures y chinos de la etnia ‘han’ en Urumqi (Xinjiang), que han causado al menos 156 muertos, los medios de comunicación oficiales han dejado de informar de la crisis.
Tanto la agencia de noticias Xinhua -principal mecanismo de comunicación oficial en caso de crisis- como la televisión estatal central CCTV han limitado la cobertura de los distintos sucesos desde el día de ayer.
Lo peor es que hoy también se ha extendido la censura de nuevas páginas web en toda China, que ahora impide el acceso a redes sociales como Facebook o Twitter y a servidores de blogs.
Del mismo modo, los informativos de la CCTV no ofrecen imágenes de las calles de Urumqi, capital provincial y sede de los disturbios entre uigures y chinos han, que han causado ya 156 muertos oficiales, aunque se sospecha que la cifra real es mucho mayor.
Este ‘apagón informativo oficial’ coincide con los problemas de acceso a teléfono e internet en Xinjiang, que dificulta la comunicación con la zona.
La iniciativa, que el Gobierno chino justificó con supuestas pruebas de que las manifestaciones uigures se estaban organizando a través de la red, podría ser una forma de que Pekín evite la publicación de vídeos, fotos y comentarios de los primeros enfrentamientos, subidos a la red por los propios habitantes de Urumqi.
De momento, ninguno de los nueve miembros del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista de China (PCCh) -el órgano más poderoso de China y que incluye a Hu Jintao y al primer ministro, Wen Jiabao- ha comentado los disturbios étnicos de Xinjiang y mucho menos la censura.