El otro día me lo preguntaban en un curso sobre redes sociales para profesionales y hoy me encuentro un artículo en puromarketing.com. “¿Gratis? El Social Media de verdad puede valer una pasta“.
Ya es inevitable responder abiertamente a la pregunta. No es una frase hecha, pero lo barato sale caro. En Internet, nadie regala nada, y menos si es un buen profesional del marketing y la comunicación online. Lo peor de todo, es que hay quien cree que una estrategia social media se monta en dos tardes o, peor aún, se saca de la chistera.
Estar en redes sociales es gratis. Cualquier tipo recién salido de la facultad, sin querer desmerecer a nadie, te monta un perfil de Twitter, de Facebook y hasta un canal de Youtube si me apuras. Pero la gestión de las redes no es gratis.
Contratar a un profesional tiene un precio. “¿Cuánto?”, me decían el otro día. Depende de qué contrates. Pero me he encontrado con empresas tan bizarras que tienen un equipo comercial que vende, de tienda en tienda, “redes sociales por 10 euros al mes”. Os podéis imaginar: si la base de una red es que el tiempo y el esfuerzo. No me cuadran las cuentas…
Preguntan en puromarketing.com: ¿De verdad crees que cualquier familiar o amigo es capaz de conseguir tus objetivos dedicando parte de su tiempo libre? Pues esa es la cantinela de muchos. “El Facebook lo lleva mi primo”. Un señor que igual poco entiende de monitorización, estudios de mercado y audiencias… Los resultados pueden ser nefastos, salvo que te dediques a colgar fotos de gaticos y monetes, que encantan a todos, aunque hace bien poco por tu marca.
Si buscas y comparas, que es lo normal, encontrarás precios desorbitados y presupuestos irrisorios. Realmente es así porque no hay una regulación de mercado. Tampoco hay un código deontológico ni colegios profesionales que controlen prácticas bastantes lamentables.
“Existen encantadores de serpientes y vendehumos que ofrecen trucos infalibles por un precio casi simbólico, un anzuelo para posteriormente dar el estoque mortal con una cantida considerable”, afirman en puromarketing.com. Y no es una mentira. Conozco de cerca una empresa, gran empresa, que contrató un servicio de social media con una pequeña agencia. Barato, muy barato. Al año, la subida de precio fue disparatada, tanto que acabó convirtiéndose en impuesto revolucionario cuando la agencia decidió secuestrar las cuentas de la compañía a expensas de cerrar un trato.
Al final, todos saldrán perdiendo… Como preguntábamos: ¿merece la pena?