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Después de días de lluvia y frío, el tiempo nos dió una pequeña tregua y pudimos salir a dar un paseo bajo algún pequeño rayo de sol -algo cubierto por nubes-. Eso sí, las temperaturas eran más altas y de hecho, pude prescindir del abrigo.

Empecé quitándome la chaqueta, seguí por el pañuelo, y al final tuve que remangarme hasta las mangas porque la verdad que hacía algo hasta de calor. ¡Qué pena que el buen tiempo dure tan poco!. Sí, soy una amante del verano y del sol, lo reconozco. Los días tristes, grises y de lluvia me matan. Y el frío lo llevo bastante regular, pero bueno, qué le vamos a hacer. Lo bueno es que podemos sacar del armario los abrigos y los vestidos de mangas largas, que también está bien eso de variar y cambiar de estación. En este caso ya veis, me reencontré con este vestido de Bershka -que abriga bastante para lo finito que es-, y lo acompañé de un pañuelo-bufanda de Mango, unos leggins y unas botas de cowboy.

Sé que el bolso tiene un color que no pega nada con el del vestido, pero en mi defensa diré que, en teoría, lo llevaba sobre la chaqueta y que además es tan chiquito, ligero y a la vez tan flexible para llevar todo lo que me hace falta en él que últimamente siempre lo llevo conmigo 🙂
Besitos!