Dolce & Gabbana ha querido rendir homenaje a su tierra con su nueva colección y por ello se puede decir que la primavera-verano de D&G es un puro homenaje a Sicilia y a su mujer. De ahí, que los estampados se inspiren en la cerámica de la tierra o las siluetas recuerden las formas más femeninas de los años cincuenta. La colección es un dulce y dan ganas de vestir con sus propuestas basadas en rayas, multicoloridos estampados o bordados, unos diseños muy originales a los que se les suma el uso de materiales como la arpillera o la rafia.
Las mangas con volumen adquieren un gran protagonismo en esta colección, en la que los complementos no se les pasa por alto a Dolce & Gabbana, que hacen todo lo posible porque estas piezas destaquen tanto o más que las prendas. El calzado es superalegre, gracias a la utilización perfecta de los colores que se combinan en cuñas o zapatos planos, ya que para los diseñadores no hay término medio. Los bolsos se transforman en típicos capazos de verano que al igual que toda la colección se pinta en un arco iris de tonalidades.
En cuanto a la bisutería, como los collares o los pendientes chandelier (muy popularizados en el siglo XVIII) tienen tamaño XXL y se decoran con pompones, flores, monedas o las conocidas cabezas de Caltagirone. El cinturón se convierte en un elemento importante, puesto que sirve para marcar la cintura de la mujer que viste con shorts de talle alto, faldas de vuelo y tops liviano.