Hay veces -demasiadas, quizás- en las que no somos conscientes de lo que tenemos a nuestro alrededor. Se que es un dicho manido, pero últimamente cada vez tengo más claro lo cierto que es.  Y es algo que nos pasa mucho a la hora de irnos de viaje. Cuando necesitamos desconectar nos da por pensar que cuanto más nos alejemos más disfrutaremos y eso nos empuja en la mayoría de las ocasiones a coger la maleta para arrastrarla a kilómetros y kilómetros de casa, pasando intensas jornadas a bordo de un avión o quemando neumáticos sobre el asfalto. En Andalucía somos afortunados. Tenemos un entorno privilegiado con mil rincones mágicos a descubrir… solo hay que saber buscar. Y fue así, hace unos meses, como Villa Mathesis se cruzó en mi camino (o más bien en mi campo visual). Fue una imagen subida a Instagram por una conocida blogger a la que sigo la que despertó mi curiosidad. En la imagen se veía una impresionante piscina infinity que parecía flotar sobre el mar. La instantánea transmitía relax y paz en cada pixel. “¡Tengo que ir allí algún día!”, pensé al momento, aunque me temía que aquel sitio tan espectacular estuviera localizado en cualquier isla lejana. ¡Pero no! Para mi sorpresa, aquel paraíso se encontraba solo a 200 kilómetros! ¡A poco más de dos horas de coche desde Málaga! En Zahara de los Atunes para más señas. Entonces empecé da darle la lata a mi marido con la ilusión que me haría ir allí, llegó mi cumpleaños y…¡voilá! Bono regalo con dos noches de alojamiento (lo tenía a huevo vaya :). El sitio nos gustó tanto que no puedo dejar pasar la oportunidad de compartirlo con vosotr@s para que os sirva de idea para una futura escapada, de esas que te recarga las pilas a tope.

“Cierra los ojos y ábrelos con una vista de 180º al mar a escasos metros de las olas”. Este es el texto que encabeza la web de Villa Mathesis. Y no puede describir mejor la estancia. Lo que más impresiona de la casa es la luz que impregna cada uno de sus rincones y las imponentes vistas panorámicas de la playa de los Alemanes, sobre la que se encuentra. Sorprende nada más aparcar el coche la entrada, en un ascensor funicular. Al subir, Gotzon -uno de sus dueños- ejerce de perfecto anfitrión enseñándote la villa y contándote su historia para que te sientas como en casa. Entonces descubres que Villa Mathesis es una joya obra de arquitectos de primer nivel como Alfonso Alzugaray (responsable del pabellón de España en la expo de Zaragoza, por ejemplo) que en 2012 decidió abrir sus tres habitaciones de invitados para que el común de los mortales pudiésemos disfrutar de sus instalaciones, diseñadas bajo la premisa de convertir la casa en una escultura que tuviese el mínimo impacto sobre el acantilado que arranca desde el mar mirando a Africa. Lineas puras y detalles. Nada es prescindible. Nada es superfluo. Paz, calma, tranquilidad, arte y arquitectura.

Pero lo mejor de Villa Mathesis -con permiso de su impresionante piscina infinity y su salón abierto completamente al mar- es el trato amable y cordial que ofrecen sus anfitriones. Mención especial merecen los desayunos caseros elaborados por Gotzon (delicioso su pan de nueces, su yogur o sus bizcochos -nos hizo un brownie y uno de naranja a cual más rico), servidos por Mari Carmen, un cielo de mujer que te recibe cada mañana con una sonrisa inmensa dispuesta a que disfrutes cada segundo de la experiencia de empezar el día con esas vistas.

El sonido de las olas, que te mece al dormir, la tranquilidad que se respira (por no haber elementos que distorsionen no hay ni tele en las habitaciones), los paseos al atardecer por la playa de los alemanes (preciosa la estampa cuando baja la marea) logran que salgas de la casa como nuevo. Además, en Zahara se come de escándalo, probamos tres sitios muy muy recomendables que os cuento abajo.

En temporada alta el precio quizás se algo inaccesible, pero en temporada baja, para celebrar una ocasión especial, de veras que la experiencia merece muchísimo la pena. Os dejo con un resumen en fotos y detalles de los estilismos que elegí para el finde. ¡El sitio es tan bonito que una vez allí no puedes dejar de darle a la cámara! ¡Espero que os guste! ¡Hasta el jueves!

Sobre estas líneas, distintas tomas de la casa. Abajo, detalle del desayuno con vistas.

QUÉ VISITAR: El casco histórico de Zahara de los Atunes merece un paseo. El atardecer dando un paseo descalzo por la playa de los Alemanes cuando baja la marea es todo un espectáculo (como os muestro abajo)

DÓNDE COMER: Tres restaurantes imprescindibles

1. Restaurante Antonio: Imprescindible para degustar un buen atún (muy rico el tataki). Está muy cerca de la villa además.

2. Restaurante Pradillo. Ubicado en la carretera que cruza el pueblo, tiene una bonita terraza con una decoración muy chula. Nos encantaron las croquetas de choco y el revuelto de huevos rotos con chipirones. Es el segundo más recomendado en tripadvisor y merece la pena una visita. ¿Un plus? Su amplia carta de vinos.

3. Zoko. Ideal para tapear, en el centro del pueblo. Precios económicos, tapas originales y buena calidad. Riquísima su hamburguesa de retinto (una ternera criada en Zahara, muy típica de la zona), su flamenquín o su molletito de pringá. De diez!

Taco de atún de Casa Antonio

Hamburguesa de retinto de Zoko. Adictiva!

Huevos rotos con chipirones de Pradillo

Y PARA TERMINAR, TRES LOOKS DE FIN DE SEMANA:

PARA EL VIAJE ELEGÍ UN LOOK CÓMODO: Camiseta con mensaje y vaqueros entubados en el mismo tono de Pull&bear, collar Nome llames muñeca, bolso bicolor de Stella Rittwagen y tacones plata de Zara

Camisa negra con volantes de Pull&Bear, falda tubo de print animal de Blanco y chaqueta vaquera de Stradivarius. Limosnera joya de Accessorize.

Estaba deseando estrenar esta falda midi de vuelo de Blanco que me tiene enamorada esta temporada. La llevé con jersey negro y collar joya también de Blanco.

Combo de complementos que se vinieron conmigo a la maleta. El collar joya es de Suite Blanco y el de cadena con oso vichy es de No me llames muñeca. Limosnera de Accessorize

¡Espero que os haya gustado! ¡Gracias por pasaros por el blog! ¡Feliz semana!